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Un operativo que revela una crisis: la caza ilegal, cada vez más habitual

Detuvieron una camioneta con 12 antílopes muertos: un hecho que vuelve a exponer la fragilidad del control sobre la fauna silvestre. En la madrugada del domingo, personal de la Subcomisaría Doblas, en conjunto con la Dirección de Recursos Naturales, llevó adelante un operativo de control en la Ruta Provincial 18, a la altura del kilómetro 56, en el acceso a la localidad. Lo que debía ser un control rutinario terminó revelando, una vez más, el serio problema de la caza furtiva en la región.

Durante el procedimiento y según se indica en un informe de La Arena -La Pampa-, los agentes detuvieron una Pick Up VW Amarok en la que viajaban tres personas —entre ellas, un menor de edad— y descubrieron en la caja del vehículo 12 antílopes muertos, evidencia contundente de una actividad ilegal que continúa ocurriendo a pesar de los esfuerzos de fiscalización.

Los dos ocupantes mayores de edad fueron identificados y se les labraron actas de infracción por violar la Ley 1.194, normativa destinada a la conservación de la fauna silvestre. Los animales fueron retenidos y posteriormente incinerados en presencia de testigos, un procedimiento que, si bien es parte del protocolo, deja abierta la pregunta sobre cuánto se está haciendo realmente para prevenir y desalentar este tipo de delitos ambientales.

Los infractores aseguraron haber cazado los animales en un predio rural sin permiso de caza ni autorización del propietario, lo que además de constituir un daño a la fauna local implica una invasión ilegal a propiedad privada. Ambos imputados son oriundos de Rufino, provincia de Santa Fe.

Este episodio, lejos de ser aislado, vuelve a evidenciar la vulnerabilidad de los ecosistemas regionales y la insuficiencia de los controles para frenar la caza furtiva, una práctica que no solo atenta contra la biodiversidad, sino que también naturaliza la idea de que las leyes ambientales son opcionales. La presencia de un menor entre los involucrados refuerza la gravedad del hecho y plantea un interrogante inquietante: ¿qué mensaje se transmite cuando la depredación de la fauna se convierte en una actividad familiar?

Mientras los organismos de control actúan principalmente de manera reactiva, muchos especialistas advierten que la problemática requiere un enfoque integral que combine fiscalización efectiva, sanciones disuasivas, campañas de concientización y mayor compromiso social. De lo contrario, hechos como este seguirán repitiéndose, y la pérdida de fauna silvestre continuará avanzando de forma silenciosa pero irreversible.

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