Cada 21 de julio celebramos el Día Mundial del Perro, ese ser noble, leal y profundamente amoroso que ha sabido ganarse el título de “el mejor amigo del hombre”. Pero más allá de una frase hecha, esta jornada es una oportunidad para mirar con el corazón y reconocer lo mucho que estos seres nos dan… incluso sin pedir nada a cambio.
Aunque no existe una proclamación oficial que establezca esta fecha, desde el año 2004 millones de personas en todo el mundo, junto a asociaciones protectoras y medios de comunicación, la abrazaron como un homenaje merecido a quienes nos acompañan en los días buenos y en los malos, con un amor que no entiende de condiciones.
Un vínculo que viene de lejos
La historia de los perros es también nuestra historia. Hace más de 15.000 años, los primeros lobos se acercaron tímidamente a los asentamientos humanos. Con el tiempo, ese acercamiento se convirtió en un lazo inseparable. Ya no eran solo guardianes o cazadores. Hoy son parte de nuestras familias, de nuestras memorias, de nuestras rutinas. Son los primeros en recibirnos al llegar a casa, los que saben cuándo necesitamos consuelo, los que celebran nuestras alegrías con el mismo entusiasmo que si fueran propias.
Hoy existen más de 900 millones de perros en el mundo. Algunos viven bajo techos amorosos. Otros aún luchan por sobrevivir en las calles. Muchos trabajan como verdaderos héroes: guías para personas ciegas, rescatistas, detectores de enfermedades, apoyo emocional para quienes más lo necesitan. Algunos hasta se han convertido en estrellas de las redes sociales, compartiendo momentos que nos sacan sonrisas cuando más las necesitamos.
Más que una celebración, una reflexión
Este día no es solo para abrazar a nuestros perros y agradecer su amor. También es para pensar en los que aún no tienen un hogar, en los que fueron abandonados o maltratados, en los que esperan en un refugio una segunda oportunidad. Es una fecha para alzar la voz por ellos, para promover la adopción responsable, para educar en el respeto y la empatía hacia todos los animales.
En cada perro hay una historia. Un alma. Un corazón que late por nosotros. Hoy, más que nunca, detengámonos a valorar ese vínculo único y transformador que existe entre humanos y perros. Y si tenemos la suerte de compartir la vida con uno, recordemos que cada día puede ser un Día del Perro… si los miramos con el amor con el que ellos nos miran siempre.