Search

5 razones por las que el periodismo desaparecerá. Y ahí, ya nada será mejor

5 razones por las que el periodismo desaparecerá. Y ahí, ya nada será mejor

¿Qué será de nosotros cuando se termine el periodismo crítico y confiable? No es una exageración. No es una consigna militante. Es una pregunta real y urgente:
¿Qué será de nosotros cuando se termine el periodismo crítico y confiable? Porque, aunque suene distante, aunque creamos que eso sólo ocurre en regímenes autoritarios, hoy en día —en democracias formales como la nuestra— el periodismo está bajo asedio.

Y no sólo por gobiernos que lo atacan directamente, sino también por una mezcla tóxica de indiferencia social, precarización económica, desinformación digital y discursos de odio. El fin del periodismo no será un estallido. No será un apagón. Será un lento silencio que se irá instalando, hasta que nadie quede para hacer la pregunta incómoda, para destapar un abuso, para explicar lo que otros no quieren que entendamos.

Cuando no haya más preguntas

El periodismo crítico cumple una función que muchas veces pasa desapercibida: nos protege. Aunque moleste, aunque incomode, aunque a veces se equivoque, su existencia es lo que separa a las democracias reales del decorado institucional vacío.

Imaginemos un mundo donde no haya más periodistas que pregunten en una conferencia de prensa, donde los escándalos de corrupción no salgan a la luz, donde las empresas no rindan cuentas por sus abusos, donde los derechos humanos no tengan quien los documente, donde nadie fiscalice al poder, y donde las noticias se construyan desde gabinetes de propaganda o algoritmos opacos.

Ese mundo ya empezó a tomar forma en muchos lugares. Y no lo vimos venir porque el ataque al periodismo se disfraza: de “fake news”, de “militantes”, de “sobres”, de “corporaciones”, de “agenda”, de “enemigos del pueblo”. Pero la intención es la misma: que la crítica moleste menos, que la información sea manejable, que el pensamiento independiente desaparezca.

Las razones de una extinción anunciada

La amenaza al periodismo confiable no es sólo política. Hay varias causas —interrelacionadas— que explican por qué estamos en riesgo de perderlo:

1. El descrédito sistemático
En todo el mundo, líderes populistas o autoritarios han hecho del periodismo su enemigo preferido. Lo acusan de mentir, de manipular, de responder a intereses ocultos. Esta deslegitimación permanente erosiona la confianza de la sociedad, incluso en los medios más rigurosos.

2. La economía del colapso
Los medios tradicionales enfrentan una crisis económica sin precedentes. Los ingresos por publicidad han caído, los modelos de negocio están en revisión y muchas redacciones se han achicado o cerrado. Sin recursos, no hay investigación, ni cobertura de calidad, ni periodistas bien remunerados.

TE NECESITAMOS

El periodismo social y comunitario está desapareciendo por no tener sustentos. ECOS sobrevive gracias a la vocación de sus editores y la colaboración de corazones solidarios que cada mes nos ayudan con donaciones. Pero es muy poco, ¡¡NO ALCANZA!! y necesitamos que tomes conciencia de que sin un compromiso de todos en el sostenimiento, quienes hacemos esto tendremos que dejar de hacerlo. Hazlo hoy, ya que mañana podría ser tarde.

3. La sobreinformación sin curaduría
Las redes sociales han democratizado la posibilidad de comunicar, pero también han abierto la puerta al caos informativo. Hoy, una mentira bien presentada puede circular más que un informe periodístico riguroso. Y el lector promedio, saturado, deja de distinguir entre fuentes confiables y manipulaciones.

4. El desgaste emocional
Ser periodista hoy es estar expuesto a amenazas, presiones, judicialización, precariedad laboral y violencia simbólica. ¿Quién va a querer seguir haciendo preguntas incómodas en un contexto así?

5. La indiferencia de la sociedad
Quizás lo más alarmante: la ciudadanía se ha ido acostumbrando a vivir sin periodismo crítico. Muchas personas ya no pagan por informarse, no valoran el trabajo detrás de una investigación seria y hasta celebran cuando un periodista es humillado por un político en redes.

¿Y si el silencio ya está acá?

Cuando los poderosos logren que sólo hable quien ellos autorizan, cuando los periodistas independientes deban censurarse para conservar su trabajo, cuando la única información que circula es la que sirve a una causa o un interés, no necesitaremos un decreto que prohíba la libertad de prensa. Ya no hará falta. El silencio vendrá por otros medios. Más sutiles. Más eficaces. Más definitivos.

Pero aún hay tiempo

La buena noticia es que todavía no llegamos a ese punto. Todavía hay periodistas que investigan, que se juegan, que no se callan. Todavía hay medios que apuestan por la calidad antes que por el clic fácil. Todavía hay lectores que valoran la verdad, aunque duela. Pero la pregunta es: ¿cuánto tiempo más durará eso si no lo defendemos?

Defender al periodismo no significa aceptar todo lo que dice ni dejar de criticarlo. Significa comprender que sin su existencia, estamos solos frente al poder. Que sin su voz, sólo quedan las versiones oficiales y los rumores. Que sin periodistas críticos, lo que se apaga no es un canal, sino la posibilidad de saber.

¿Qué será de nosotros cuando se termine el periodismo crítico y confiable?
La respuesta es simple.
Seremos más vulnerables. Más manipulables. Más ciegos.
Y para entonces, ya será demasiado tarde.

peluqueria
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *