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Ciudad balnearia bonaerense registra aumentos escandalosos en robos de autos

La creciente ola de robos de autos en Mar del Plata y su conexión con el resto de la provincia. El robo de vehículos en Mar del Plata ha escalado a niveles alarmantes en 2025, registrando un incremento que supera el 100 % respecto al año anterior. Esta problemática, lejos de tratarse de episodios aislados, responde a una dinámica compleja donde la ciudad balnearia funciona tanto como objetivo directo del delito como eslabón dentro de un circuito más amplio que abarca gran parte de la provincia de Buenos Aires.

Un fenómeno en expansión

Los números no dejan lugar a dudas: en tan solo tres meses se duplicó la cantidad de autos robados o hurtados, en comparación con el mismo período del año anterior. Este crecimiento, que rompe récords de la última década, expone no solo un aumento de la actividad delictiva, sino también un debilitamiento de los mecanismos de prevención y control en la vía pública.

El robo de autos ya no se concentra en horarios marginales ni en zonas deshabitadas. Se ha extendido con fuerza a barrios densamente poblados, zonas comerciales y sectores tradicionalmente tranquilos. Calles de alto tránsito como las del Centro, Parque Luro o La Perla se han convertido en escenarios frecuentes de este delito. Y el patrón horario es claro: los fines de semana entre las 21 y 22 horas son los momentos más elegidos para operar.

Con violencia y planificación

En casi la mitad de los casos, el robo se produce con violencia, lo que demuestra que ya no se trata solo de hurtos oportunistas. Los delincuentes, en muchos casos armados, planifican sus movimientos, detectan rutinas, aprovechan la falta de patrullaje y ejecutan acciones que pueden durar segundos. En otros, se registra una modalidad más silenciosa: apertura del vehículo estacionado, manipulación de la electrónica o directamente el uso de inhibidores de alarma.

El interés delictivo está centrado en modelos específicos, principalmente autos compactos de marcas populares como Volkswagen, Fiat y Chevrolet, lo que sugiere que el destino de muchos de estos vehículos podría estar vinculado al mercado negro de autopartes o a la falsificación de documentación para reventa.

El destino es la provincia

Uno de los elementos más preocupantes es la velocidad con la que los autos robados en Mar del Plata desaparecen del radar local y reaparecen en puntos lejanos del mapa bonaerense. Gracias a su ubicación estratégica y su conexión directa con rutas clave como la Autovía 2, la Ruta 11 y la 226, la ciudad permite una rápida “exportación” del vehículo robado hacia el conurbano, ciudades como Bahía Blanca o incluso otras provincias.

A su vez, también ocurre el proceso inverso: vehículos robados en el Gran Buenos Aires aparecen circulando por Mar del Plata con documentación adulterada. Esto indica una trama fluida, con bandas que operan con cierto grado de coordinación entre distintos puntos geográficos, utilizando a Mar del Plata tanto como punto de extracción como de recirculación.

¿Organizados o ocasionales?

Contrario a lo que podría pensarse, no se han detectado hasta el momento grandes estructuras del crimen organizado detrás de esta ola delictiva. En su lugar, se observa la acción de bandas ocasionales, pequeños grupos que se arman con rapidez, se reparten tareas específicas y luego se disuelven o se reconfiguran con nuevos miembros. Esto dificulta la investigación, ya que no hay estructuras fijas que puedan ser desarticuladas de una sola vez.

Sin embargo, el nivel de planificación, el uso de vehículos de apoyo, patentes falsas y la posterior circulación de los autos robados en otras regiones sugieren que estos grupos cuentan con cierta experiencia y conexiones funcionales.

La respuesta institucional

Desde las fiscalías locales hasta las fuerzas policiales, se han realizado allanamientos, detenciones y operativos de recuperación de vehículos. Se ha reforzado el uso de tecnología como cámaras lectoras de patentes en accesos estratégicos, y se ha trabajado en la coordinación interjurisdiccional. Pero el crecimiento del delito supera a la capacidad de respuesta actual.

La justicia enfrenta el desafío de procesar una enorme cantidad de denuncias, muchas de ellas sin datos suficientes, mientras que las víctimas se enfrentan a largos tiempos de espera para obtener resultados o recuperar sus bienes.

Finalmente …

El robo de autos en Mar del Plata no es un hecho aislado ni un fenómeno pasajero. Es la manifestación de una trama delictiva que se adapta con rapidez a las condiciones del entorno, se alimenta de la debilidad estructural del Estado y se expande por rutas, pueblos y ciudades con la misma fluidez que los vehículos que sustrae.

La solución exige una mirada integral: no solo más presencia policial, sino también una política criminal que ataque el mercado negro, controle los puntos de acceso y egreso de la ciudad, y fortalezca los sistemas de identificación vehicular. De lo contrario, Mar del Plata corre el riesgo de consolidarse como un nuevo nodo neurálgico dentro del mapa del delito automotor en la Argentina.

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