Una mañana que parecía transcurrir con normalidad se vio sacudida por una tragedia en la Ruta Nacional 33, cerca del ingreso a la ciudad de Tornquist. Ricardo Rundau, un hombre de 64 años oriundo de Bahía Blanca, falleció tras descompensarse mientras conducía un vehículo de una empresa fúnebre con destino a esa localidad.
El hecho ocurrió a la altura del kilómetro 63, donde el vehículo, una Peugeot Expert identificada con los logos de una firma funeraria bahiense, quedó detenido sobre la banquina. La escena rápidamente generó preocupación entre algunos vecinos de la zona que advirtieron la situación y se dirigieron a la comisaría local para dar aviso.
Poco después, personal policial arribó al lugar y encontró al conductor en el interior del vehículo, inconsciente. Aunque una ambulancia del Hospital Municipal de Tornquist se presentó con rapidez, los esfuerzos por reanimarlo mediante maniobras de RCP no dieron resultado. Los médicos confirmaron que el hombre ya había fallecido al momento de su llegada.
Todo indica que Rundau sufrió un paro cardiorrespiratorio mientras se encontraba al volante. La muerte fue repentina y no se registraron signos de accidente o colisión, lo que refuerza la hipótesis de una descompensación súbita. Tras constatar el deceso, el cuerpo fue trasladado al hospital local para la correspondiente certificación médica.
Ricardo Rundau vivía en la ciudad de Bahía Blanca, en una vivienda ubicada sobre la calle 9 de Julio, y se desempeñaba como chofer para una conocida empresa de servicios funerarios. Según trascendió, se encontraba cumpliendo tareas laborales al momento del incidente.
El caso genera conmoción tanto en su ciudad natal como en Tornquist, no sólo por lo inesperado del suceso, sino también por el simbolismo de la situación: una vida que se apaga mientras se transita una ruta silenciosa en el marco de un servicio que, paradójicamente, gira en torno a la despedida de otros.
La Ruta Nacional 33, escenario habitual de tránsito pesado y vehículos de servicio, ha sido en muchas ocasiones el punto de hechos lamentables. En este caso, sin embargo, no se trató de un accidente vial tradicional, sino de una emergencia de salud que terminó en desenlace fatal.
El episodio deja una profunda tristeza entre sus allegados y compañeros de trabajo, y vuelve a poner de relieve la importancia de los controles médicos y la atención a los signos de alerta, sobre todo en tareas que implican conducción prolongada o en soledad. También evidencia la necesidad de estar atentos en rutas donde muchas veces, la ayuda depende de la sensibilidad y el compromiso de quienes ocasionalmente transitan por allí.