En el corazón del sudoeste bonaerense, la Ruta Provincial 67 conecta –al menos en los mapas– dos localidades clave de la región: Coronel Suárez y General La Madrid. Con un recorrido total de poco más de 60 kilómetros, esta traza fue concebida como un corredor estratégico para el transporte agrícola, la comunicación entre distritos y el desarrollo regional. Sin embargo, desde que se lanzó oficialmente su repavimentación en 2009, lo que debía ser una obra de 18 meses se transformó en un largo vía crucis de paralizaciones, incumplimientos y promesas rotas.
Una promesa con fecha de vencimiento
El anuncio oficial llegó en mayo de 2009, en un acto encabezado por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La repavimentación completa de la Ruta 67 entre Coronel Suárez y La Madrid fue presentada como parte de un ambicioso paquete de obras públicas, que también incluía rutas estratégicas como la 85 y la 33. La inversión inicial era millonaria y los tiempos parecían razonables: entre 12 y 18 meses de ejecución.
El tramo fue dividido en dos secciones:
Tramo 1: Coronel Suárez – La Colina (UTE Equimac–Burgwardt)
Tramo 2: La Colina – General La Madrid (UTE Eleprint–Coarco)
La obra que no avanzaba
A pocos meses de iniciado el proyecto, los trabajos comenzaron a paralizarse. Según registros periodísticos de la época, para 2011 la primera parte tenía un avance del 36 % y el segundo tramo, directamente, estaba detenido. La empresa Coarco adujo falta de pagos por parte del gobierno nacional. La deuda superaba los 60 millones de pesos, una suma significativa en aquel entonces. Durante ese año, con las elecciones en el horizonte, se intentó reactivar parcialmente la obra. Se prometía completar el 70 % restante en apenas siete meses. Pero fue otra promesa que se evaporó con el calendario electoral.


Consecuencias del abandono
Mientras los trabajos se suspendían o reiniciaban a cuentagotas, las consecuencias eran reales para miles de vecinos y productores rurales. La falta de una ruta en condiciones deterioraba vehículos, encarecía el transporte y, en más de una ocasión, fue señalada como causa de accidentes evitables. A partir de 2013, el estado del camino era directamente intransitable en algunos tramos. Concejos deliberantes como el de Puan elevaron cartas documento a la Dirección de Vialidad Provincial exigiendo respuestas. Las cámaras de comercio y entidades rurales también expresaron su preocupación, sin obtener respuestas concretas.
Avances parciales, desinterés completo
Durante los siguientes años, los trabajos solo avanzaron en el primer tramo. Para 2014, el tramo Suárez–La Colina tenía un 64 % de avance. El segundo, La Colina–La Madrid, continuaba en el abandono. En 2017, nuevamente se evaluó reactivar el proyecto. El entonces senador Horacio López elevó pedidos de informe al Ejecutivo bonaerense y al Ministerio de Infraestructura. Incluso hubo promesas de inclusión en el presupuesto 2018. Pero la realidad no cambió: el tramo sigue inconcluso.
Una ruta que quedó en el olvido
Hoy, más de 15 años después del anuncio original, la Ruta 67 entre Suárez y La Madrid permanece inconclusa. Un camino de tierra maltratado, con partes apenas consolidadas y con un bajo nivel de transitabilidad. La falta de esta conexión afecta no solo la logística productiva, sino también la integración regional. Vecinos, transportistas y productores todavía esperan que se retome una obra que alguna vez se pensó como símbolo de progreso. Lo que quedó, por ahora, es una postal del abandono: carteles oxidados de Vialidad y kilómetros de promesas no cumplidas.
Epílogo: ¿obra fantasma o herida abierta?
La Ruta 67 es, a esta altura, un ícono del desencanto con la obra pública en el interior bonaerense. Lo que debía ser una mejora estructural se transformó en un caso testigo de burocracia, desidia y falta de planificación. Mientras tanto, las localidades de Coronel Suárez y La Madrid siguen esperando algo tan básico como un camino pavimentado que las una.
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