Search

Tiempos dañinos: cómo el cambio climático afecta la salud mental en Latinoamérica

Pasos a seguir para recuperar electrodomésticos y autos de una inundación

El cambio climático ya no es una amenaza futura: es una realidad palpable que golpea con fuerza a Latinoamérica. Inundaciones, sequías prolongadas, incendios forestales, olas de calor y huracanes cada vez más intensos están alterando no solo los ecosistemas y la economía de la región, sino también algo mucho más íntimo y silencioso: la salud mental de sus habitantes.

Una región vulnerable al extremo
Latinoamérica es una de las regiones más vulnerables del mundo frente al cambio climático. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los fenómenos meteorológicos extremos se han triplicado en las últimas décadas, afectando principalmente a comunidades rurales, pueblos costeros y zonas urbanas marginales.

Estas alteraciones climáticas no solo significan pérdida de cultivos, casas o infraestructura. También representan un profundo impacto emocional. La ansiedad por el futuro, el estrés crónico, la depresión y el llamado “ecoansiedad” se han convertido en síntomas cada vez más comunes, aunque aún poco visibilizados.

Cuando la tierra se inunda… también lo hace la mente
Los eventos extremos, como las inundaciones en el sur de Brasil o los huracanes en Centroamérica, provocan desplazamientos forzados, pérdidas materiales y la ruptura de redes comunitarias. Esto genera un terreno fértil para el desarrollo de trastornos postraumáticos y otros problemas psicológicos.

“Perdimos la casa, los animales y ahora tengo miedo cada vez que llueve”, dice Ana, una agricultora del Chaco paraguayo. Su testimonio refleja una experiencia compartida por miles: la sensación de fragilidad ante una naturaleza desatada y la incertidumbre permanente.

Ecoansiedad y duelo climático: nuevos nombres para viejas angustias
En los últimos años, términos como ecoansiedad (ansiedad relacionada con el deterioro ambiental) o duelo ecológico (pena por la pérdida de entornos naturales) han comenzado a ganar terreno en los espacios de salud mental.

En zonas urbanas, especialmente entre los jóvenes, crece el sentimiento de impotencia ante la magnitud de la crisis climática global. El bombardeo de noticias sobre incendios, deshielos y especies en extinción genera una angustia sostenida que muchas veces no encuentra canalización ni en la política ni en la vida cotidiana.

La salud mental: la gran olvidada en las políticas climáticas
A pesar de esta realidad, la salud mental sigue siendo un aspecto secundario en las políticas públicas de mitigación y adaptación al cambio climático en Latinoamérica. Son pocos los países que han integrado el apoyo psicológico en sus planes de emergencia climática.

Expertos en salud pública advierten que se necesitan programas de contención emocional para las poblaciones afectadas, formación en primeros auxilios psicológicos, y un enfoque interdisciplinario que incluya a psicólogos, trabajadores sociales, líderes comunitarios y ambientalistas.

Hacia una resiliencia integral
La resiliencia climática no puede medirse solo en muros de contención o sistemas de alerta temprana. También debe construirse desde el fortalecimiento emocional y social de las comunidades. Crear espacios para hablar del miedo, compartir experiencias y tejer redes de apoyo puede ser tan importante como cualquier infraestructura física.

América Latina está en la primera línea de la crisis climática. Reconocer que el clima también impacta la mente es dar un paso fundamental hacia una respuesta más humana, más empática y más completa.

De interés para suscriptores: Primeramente deseamos agradecerte que hayas llegado hasta aqui y asesorarte en caso no puedas ingresar o no recordás la contraseña. Haz clic en el ícono central para usuarios del menú inferior en tu móvil o superior en la PC y buscá la opción “iniciar sesión” y debes elegir “¿olvidaste  la contraseña?” para que se te envíe un enlace a tu correo (puede ir a la carpeta spam o no deseado). Haz clic en el enlace y genera la contraseña nueva. Anótala por si la olvidas. También puede suceder y por motivos ajenos a ECOS que necesites ingresar nuevamente al sitio o recargar la página.

Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *