La Pascua, una de las celebraciones más importantes del calendario cristiano, conmemora la resurrección de Jesucristo. Aunque su sentido religioso es compartido por millones en todo el planeta, las formas de celebrarla varían ampliamente de un país a otro, entremezclando rituales religiosos, costumbres culturales y símbolos locales. A continuación, exploramos cómo se viven las Pascuas en distintos rincones del mundo.
España: procesiones solemnes y fervor popular
En España, la Semana Santa es una celebración profundamente arraigada. Las calles de ciudades como Sevilla, Málaga, Valladolid y Granada se llenan de pasos (carrozas) que representan escenas bíblicas, llevados a hombros por cofrades. Estas procesiones, acompañadas por tambores y saetas (cantos religiosos), muestran una mezcla única de religiosidad y arte barroco. Cada región tiene sus particularidades, pero en todas se respira un ambiente de recogimiento y emoción.
Italia: del Vaticano a las plazas de pueblo
Italia, hogar del Vaticano, vive las Pascuas con especial devoción. El Papa celebra el Vía Crucis en el Coliseo de Roma y preside la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro, eventos seguidos por miles de fieles. En muchas regiones, como Sicilia o Umbría, se representan “La Madonna que encuentra a Cristo resucitado”, con desfiles donde estatuas de la Virgen y Jesús se cruzan en las calles en medio de aplausos y flores.
Estados Unidos: huevos de Pascua y conejitos
En EE.UU., la Pascua tiene un tono más festivo y familiar. Las actividades centrales son la decoración de huevos de Pascua y la famosa “Easter Egg Hunt”, en la que los niños buscan huevos escondidos por jardines o plazas. La Casa Blanca incluso organiza su tradicional “Easter Egg Roll”, un evento que reúne a cientos de familias. Aunque la raíz cristiana está presente, en muchas familias la celebración se centra en lo lúdico y lo comunitario.
Alemania: árboles de Pascua y fuegos encendidos
En Alemania, la Pascua se celebra decorando árboles con huevos de colores, una tradición conocida como “Osterbaum”. También es común encender grandes fuegos al aire libre (Osterfeuer) la noche del Sábado Santo, símbolo de la luz que trae la resurrección. En las zonas rurales, las celebraciones incluyen ferias, dulces típicos como el “Osterlamm” (pastel con forma de cordero) y el regreso de muchas familias a sus pueblos de origen.
Grecia: la Pascua ortodoxa y su estallido simbólico
En Grecia, la Pascua ortodoxa es la fiesta más importante del año. Las celebraciones comienzan con la Misa de Resurrección, justo a la medianoche del Sábado Santo. En muchas ciudades, en cuanto se anuncia “¡Cristos Anesti!” (“¡Cristo ha resucitado!”), la gente enciende velas y lanzan fuegos artificiales o incluso petardos. En Corfú, lanzan grandes tinajas desde los balcones como símbolo de renovación. El domingo se celebra con un gran banquete familiar que incluye cordero asado y pan con especias.
Filipinas: fe viva y representación del sacrificio
En Filipinas, país con una gran población católica, las celebraciones de Pascua son particularmente intensas. Además de las procesiones y misas, en algunas regiones se realizan representaciones vivientes de la Pasión de Cristo, incluyendo la crucifixión. Aunque la Iglesia no promueve estos actos extremos, los participantes lo hacen como ofrenda de fe. El Domingo de Resurrección es una fiesta colorida con rituales como el “Salubong”, que recrea el encuentro de María con el Cristo resucitado.
México: mezcla de solemnidad y cultura popular
En México, la Semana Santa combina el catolicismo con elementos culturales propios. En ciudades como Taxco o San Luis Potosí, se organizan impresionantes procesiones, mientras que en otras regiones hay representaciones teatrales de la Pasión. Aunque el Domingo de Pascua no tiene tantos festejos como en otros países, muchas familias lo celebran con comida especial y reuniones. En algunas zonas, también se han adoptado costumbres modernas como los huevos de chocolate.
Argentina y América del Sur: tradición y renovación
En Argentina, Perú, Colombia y otros países de Sudamérica, la Semana Santa es un período de reflexión y reuniones familiares. Se acostumbra a no comer carne roja el Viernes Santo y muchas familias asisten a misas o procesiones. En regiones andinas, se mezclan elementos indígenas y católicos, como las danzas rituales o los altares en la naturaleza. En algunas ciudades, se organizan ferias gastronómicas con platos típicos y dulces regionales.
Una celebración universal, con raíces diversas
Las Pascuas, más allá de su significado religioso, se han convertido en una oportunidad para reencontrarse, compartir y renovar esperanzas. Ya sea a través del recogimiento espiritual, la tradición culinaria o la alegría de los niños corriendo tras huevos de colores, esta festividad sigue viva en todos los rincones del mundo, adaptándose a las culturas locales sin perder su esencia.
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