El pueblo te sube y te baja. Las respuestas del Gobierno electo no tardan en tener sus efectos y de la reacción de los votantes dificilmente se vuelve. Por distintas cuestiones la imagen del actual presidente caen fuertemente cada mes y ello hará muy dificil su continuidad en los más de tres años de gestión que quedan por delante.
Un “cambio de expectativas” en el electorado muy profundo denotado por diversas consultoras ponen en riesgo la gobernabilidad para los próximos tiempos. Cuestiones como el temor a la desocupación ya supera a la inflación: uno de cada dos argentinos afirma que la suba de tarifas los afecta mucho y casi un tercio responzabiliza a las políticas del libertario por las actuales penurias económicas.
La imagen de Milei sigue cayendo en picada y se advierte “un deterioro consistente en la imagen de Milei por la recesión económica y el estilo agresivo”. Se trata de “un cambio significativo” en la percepción de la opinión pública que combina un deterioro de la imagen presidencial y su administración; una caída de todos los indicadores de humor social y un creciente pesimismo sobre la evolución de la economía.
Varias razones pueden motivar el descenso de la imagen pública. Cada una de estas razones puede contribuir a una disminución de la confianza, afectando la legitimidad del gobierno ante los ojos de la sociedad. Tras casi un año de gobierno, distintas actitudes del espacio gobernante han dinamitado el apoyo de muchos de sus votantes.
La confianza del pueblo puede ceder por diversas razones, entre las que se incluyen:
Corrupción: Escándalos de corrupción o mal uso de fondos públicos pueden erosionar la credibilidad del gobierno.
Falta de transparencia: La opacidad en la toma de decisiones y en la gestión de recursos puede generar desconfianza.
Incumplimiento de promesas: Si un gobierno no cumple sus compromisos electorales o no realiza las reformas prometidas, puede perder la lealtad de los ciudadanos.
Mala gestión económica: Crisis económicas, aumento del desempleo o inflación descontrolada pueden afectar la percepción de efectividad del gobierno.
Violaciones de derechos humanos: Abusos por parte de las fuerzas del orden o políticas represivas pueden generar rechazo y desconfianza.
Desconexión con la ciudadanía: La falta de comunicación y de escucha activa a las necesidades de la población puede llevar a un sentimiento de alienación.
Crisis de salud pública: Una mala gestión en situaciones críticas, como pandemias, puede provocar una pérdida de confianza rápida.
Conflictos sociales: La incapacidad para resolver conflictos sociales o atender demandas de grupos específicos puede generar descontento generalizado.
Manipulación de la información: La difusión de noticias falsas o la censura de medios pueden hacer que los ciudadanos duden de la veracidad de lo que dice el gobierno.
Desastres naturales mal manejados: La falta de respuesta adecuada ante desastres puede mostrar incompetencia y generar frustración.