Carlos Thays y la plaza central. Limitada por las calles Bulevar Alsina, Belgrano, Sarmiento y Mitre estaba ubicada frente a la Manzana Fundacional de Coronel Suárez y se la denominaba Plaza Central. En el año 1896 se alambró su perímetro para protegerla de los animales sueltos. El 25 de agosto del mismo año el Honorable Concejo Deliberante aprobó la instalación de un molino para el regado de las plantas.
Hacia los años siguientes a 1900 fue invitado el arquitecto y paisajista francés Carlos Thays para que realizara el trazado y la forestación de ese sector. ¿Quién era Carlos Thays? Su biografía dice que había nacido en París en 1849. Y que realizó sus estudios con un afamado paisajista atendiendo obras para diversos países europeos. El argentino Miguel Crisol lo contrató para proyectar y dirigir el parque “Sarmiento” de la ciudad de Córdoba.
Llegó a la Argentina en 1889, donde se radicó. En 1891 ganó un concurso de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires ejerciendo el cargo de Director de Parques y Paseos durante 22 años. Forestó calles, remodeló el parque “3 de febrero”, creó el “Jardín Botánico”. Su obra más importante fue la organización del “Parque Nacional de Iguazú”.
Realizó la urbanización del “Bulevar Marítimo” de Mar del Plata y trabajó en el club “Hotel Sierra de la Ventana”, en Tornquist. Enamorado de la Argentina vivió en nuestro país hasta su fallecimiento en 1934. . La tarea realizada en distintas ciudades, algunas de países limítrofes, le dieron el aval y su renombre. Esta interesante personalidad pertenece al autor del diseño de la plaza Central de Coronel Suárez.
La inauguración oficial de la Plaza tuvo lugar en el año 1904. El estilo español del trazado consiste en líneas rectas marcando el contorno y desde allí aparecen los ejes de simetría que forman ocho paseos, los que al principio fueron cubiertos con pedregullo y más tarde se embaldosaron. Estos ejes que la atraviesan determinaron ocho canteros con forma de triángulo rectángulo donde se prepararían los jardines.
En ellos se plantaron coníferas de follaje perenne y rosales de flores con distintos colores. Cuentan que más de una vez estos fueron destruidos por el granizo.
Entre todas las veredas hay una que tiene mayor amplitud. Ubicada en eje se enfrenta al Bulevar Alsina, permitiendo la vista del Monumento al Coronel Isidoro Suárez que, desde la convergencia de los paseos, da su mirada hacia el frente de la Municipalidad.
El busto del Héroe de Junín lo realizó el artista Eduardo Arvigo y se fundió en el arsenal principal de Guerra por decisión del Gral. Pablo Richieri en su calidad de Ministro de Guerra del Presidente Roca. En el período cercano al Centenario de la Revolución de Mayo, el gobierno Nacional decidió rendir homenaje a los héroes de las campañas libertadoras, denominando a distintos partidos de la Provincia de Buenos Aires con el nombre de los militares destacados.
“Sauce Corto” pasó a ser Coronel Suárez, “La Gama” fue General La Madrid y “Alfalfa” cambió por Saavedra, por mencionar los más cercanos. Con este motivo, desde principios del siglo XX se le dio importancia a la fecha de la batalla de Junín, ocurrida en la República del Perú.
Allí el 6 de agosto de 1824 el Capitán Isidoro Suárez, granadero de San Martín, dejado por éste junto a otros soldados para que colaboraran en la lucha contra los españoles, realizó un movimiento estratégico con su escuadrón de caballería. Al iniciarse el combate lo ocultó del enemigo colocándolo detrás de una montaña.
Los realistas estaban derrotando al ejército peruano y éstos empezaron a batirse en retirada. Una vez que pasaron los soldados y sus perseguidores, el Capitán Suárez atacó con sus jinetes por la retaguardia. Los peruanos se reorganizaron y entre los dos encerraron a los españoles hasta derrotarlos. Por esta acción fue nombrado Coronel en el campo de batalla. Tenía 24 años.
Otro aspecto destacado de la plaza central es el adoquinado. Se compró en las canteras de Sierra Chica en el año 1911 para cubrir las calles que rodeaban la plaza y otras en el Bulevar Alsina, 6 en total. Fue colocado por los mismos presos que trabajaron las piedras. Una placa ubicada en la entrada principal del Palacio Municipal recuerda este acontecimiento.