Don Eduardo Casey tomó a su cargo una parte de las tierras del partido de Coronel Suárez y debía cumplir con la exigencia de introducir 70 familias de inmigrantes europeos. Mucho más al sur, en las tierras de Chubut, habían asentado su comunidad otras familias oriundas de Gales en Gran Bretaña. Desde allí vinieron con sus carretas ocho pioneros guiados por el pastor Juan Owen.
Estos primeros inmigrantes arribaron a Coronel Suárez el 1° de septiembre de 1884. Casey les concedió ocho leguas de tierra a quienes desearan trabajarlas. Durante 1885 y 1886 llegaron alrededor de 50 familias galesas. Fundaron la primera escuela y la primera Iglesia, las que estaban ubicadas detrás de lo que es hoy el predio que ocupa la Sociedad Rural. Permanecieron aquí alrededor de diez años pero, lamentablemente, el duro trabajo no tuvo éxito.
La mayoría de ellos volvieron al sur, acosados por las plagas y las malas cosechas, otros se fueron a Brasil, a Canadá, en tanto unos pocos se quedaron para siempre en Coronel Suárez. Difíciles caminos de tierra constituían la única comunicación para llegar al pueblo y el dueño de la concesión solicitó y obtuvo del gobierno de Buenos Aires la prolongación de las vías del ferrocarril Sud que sólo llegaban hasta la ciudad de Olavarría.
Esa prolongación pasó por Sauce Corto y continuó hasta Bahía Blanca. En el año 1883 se levantó el galpón donde vivieron los obreros que construyeron la Estación de Trenes. El primer tren llegó al año siguiente, el 27 de mayo de 1884. En uno que arribó en el año 1886 llegaron los inmigrantes que habían venido desde Rusia, escapando de las imposiciones del Zar.
Hacía poco más de un año que estas familias estaban instaladas en Hinojo, una localidad del partido de Olavarría, en donde se encontraban los primeros grupos de colonos que habían llegado al país y a los que llamaban “Alemanes del Volga”. Ante la falta de tierras para albergar y dar trabajo a tanta gente, el Padre Luis Servet, párroco de “Colonia Hinojo”, entrevistó a Don Eduardo Casey, quien tenía la concesión de 300.000 hectáreas de campo en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires.
58 familias fueron autorizadas a poblar este distrito y en el año 1887 se establecieron a diferentes distancias de la estación del Ferrocarril. Siguiendo una costumbre de origen tribal desestimaron el ofrecimiento de ubicarse sobre el lado sur próximo a la estación de trenes.
Eran tres grupos de familias de origen alemán que fundaron las colonias Santa Trinidad, San José y Santa María, situadas respectivamente a 3.4, 5, y 14.1 kilómetros de la Estación Ferroviaria.
La distancia dispuesta entre ellas estaba motivada por el dialecto que hablaba cada una de sus comunidades y que dificultaba la comunicación. Construyeron tres Colonias con las mismas características de las que dejaron en Rusia. Trazaron una avenida de 800 metros de largo por 30 metros de ancho, cerrada en uno de sus extremos por una vivienda que la atravesaba. Esta era una precaución que tomaban en defensa de posibles invasores.
Las casas hechas de ladrillos de adobe y techos de paja se enfrentaban sobre la avenida. Y su posición también constituía una defensa ya que las puertas de entrada estaban colocadas sobre un costado de la vivienda y no hacia el frente. Algunas de ellas todavía pueden observarse entre las construcciones levantadas alrededor de las avenidas.
Sus habitantes, de profunda fe católica, erigieron una capilla en cada uno de los asentamientos. En Colonia “Kamenka”, actual Santa María, se construyó sobre la Avenida 11 de mayo y data de 1888. En Colonia “Hildmann”, actual Santa Trinidad, está ubicada sobre la Avenida Libertad y fue levantada en 1912. Estas dos iglesias mantienen su estructura original.
En la Colonia “Dehler”, hoy San José, la primera capilla que data de 1888 fue reemplazada por una más grande en 1895 y luego por la magnífica Iglesia inaugurada en 1930, la que está ubicada en el mismo predio que las anteriores sobre la ex avenida Presidente Roca, actual avenida Fundador Eduardo Casey. El crucifijo de madera de la más pequeña de las capillas se colocó en la intersección de las avenidas Fundador Eduardo Casey y Alemanes del Volga.
De la segunda quedaron cuatro vitrales traídos de Burdeos, Francia, en 1907, los que acompañan a otros 67 que adornan la nueva construcción. Otro testimonio de su fe son las tres cruces que están ubicadas a los costados de las rutas formando el gran triángulo de la Santísima Trinidad. Los fieles concurrían en procesión apenas amanecía y frente a ellas rezaban las rogativas. Actualmente se realiza esta ceremonia durante los meses de noviembre de cada año pidiendo por la obtención de buenas cosechas y la protección contra enfermedades, hambre y guerra.