En las últimas horas, un mensaje publicado en distintos grupos de Facebook locales generó una notable repercusión entre los vecinos de Coronel Suárez. El texto, espontáneo y cargado de frustración, expuso con crudeza el estado actual del Balneario Municipal Samuel Davies, único espacio público de recreación acuática de la ciudad y, para muchas familias, la principal opción de esparcimiento durante el verano.
La publicación —que fue compartida decenas de veces y reunió comentarios de apoyo de usuarios de todas las edades— describe un escenario preocupante: pasto crecido, piletas sucias, instalaciones deterioradas y una sensación generalizada de abandono que contrasta con el período del año en el que nos encontramos, cuando el balneario debería estar en plena puesta a punto.
El mensaje, escrito por una usuaria que aseguró hablar “en nombre de muchas familias”, remarcó un punto que se repite en cada temporada:
la infraestructura del balneario sólo se habilita en condiciones óptimas durante un corto lapso de dos meses y medio, dejando a la comunidad sin un espacio adecuado durante el resto del año.
Esta limitación afecta de manera especial a los más chicos, quienes dependen de la pileta infantil, hoy también señalada como sucia y descuidada. Más allá del enojo puntual, la publicación pone sobre la mesa un debate que la ciudadanía viene reclamando desde hace tiempo: ¿debe el Balneario Municipal Samuel Davies seguir funcionando como un espacio estacional o debería convertirse en un centro recreativo operativo y mantenido durante todo el año?
No se trata sólo de estética o comodidad. Se trata del valor social que el balneario tiene para la comunidad suarense. Sus instalaciones, únicas en la ciudad, cumplen un rol fundamental para miles de vecinos: desde quienes buscan una alternativa económica de recreación, hasta los chicos que encuentran allí su primer contacto con la natación y el juego seguro en el agua.
La crítica apunta, principalmente, a la falta de previsión y mantenimiento sostenido. Muchos usuarios señalan que, dado que el balneario es un espacio municipal, la responsabilidad de su cuidado debería ser constante y no concentrarse únicamente en los días previos a la temporada de verano.
Una oportunidad para reflexionar y actuar
La voz de los vecinos ya se hizo escuchar. Ahora, la pregunta queda abierta:
¿Responderá el municipio con acciones a la altura de la necesidad comunitaria?
El reclamo viralizado no es un ataque, sino una señal de alerta.
Un recordatorio de que la ciudad cuenta con un patrimonio recreativo valioso que no puede seguir dependiendo de ciclos de abandono y reacondicionamiento apresurado.Las autoridades municipales tienen en este momento una oportunidad de escuchar, de evaluar la planificación anual del balneario y de considerar inversiones y políticas de mantenimiento que permitan que el Samuel Davies sea un espacio digno, funcional y accesible no sólo por unas semanas, sino durante todo el año.
