El Gobierno deberá pagarle por 20 años de trabajo a un preso tras un fallo judicial. El fallo de la Corte reconoció el derecho a cobrar salarios a un preso alojado en la cárcel entre 1996 y 2016. Realizó trabajos por los cuales firmó planillas horarias. La Suprema Corte de Justicia dispuso, en fallo unánime, que el Gobierno de Mendoza le pague por 20 años de trabajo en la cárcel a un preso alojado en el Sistema Penitenciario entre 1996 y 2016.
La decisión lleva la firma de los supremos Mario Adaro, autor del voto de preopinión, Omar Palermo y José Valerio; estos últimos adhirieron al primero de los ministros de la Corte. Además de los sueldos correspondientes, la liquidación que deberá estar a cargo del Gobierno provincial incluirá los intereses. El monto final no ha sido calculado en la sentencia.
En la etapa previa al fallo, el Gobierno de Mendoza y la Fiscalía de Estado promovieron el rechazo de la acción judicial, finalmente aceptada por el máximo tribunal de Justicia de Mendoza. El Ministerio Público Fiscal había dictaminado que el reclamo debía ser aceptado.
Antes de acudir a la Suprema Corte de Justicia, José Aníbal Molina reclamó al Servicio Penitenciario provincial que le pagaran los salarios correspondientes – de acuerdo a la ley vigente más intereses legales- por el trabajo realizado durante el período de privación de su libertad. Molina estuvo preso en distintos edificios carcelarios de Mendoza entre 1996 y 2016, cuando finalmente recuperó la libertad.
De acuerdo a la sentencia judicial firmada por los supremos Adaro, Palermo y Valerio, José Aníbal Molina trabajó en el taller de mimbrería en el penal de Bolougne Sur Mer desde 1996 y que lo producido se vendía al público. “Durante un año firmó planillas de jornales de lunes a viernes”, señalan los considerandos.
Entre los años 1997 y 2000, el interno Molina fue fajinero de patio de visita, labor por la cual firmó planillas de jornales completos por los 30 días durante esos cuatro años. Ya en febrero del 2005 fue alojado en San Felipe: allí trabajó como fajinero de módulo y patio de visita hasta 2008. “También firmó jornales por 30 días durante otros 4 años”.
En noviembre del año 2008 fue trasladado al penal Almafuerte, donde continuó trabajando como fajinero de la escuela hasta 2010. Fue realojado en San Felipe y siguó como fajinero de módulos y patios. En 2011 fue trasladado a la Colonia Penal de Gustavo André, donde trabajó como fajinero de la escuela y realizó trabajos de agricultura, hasta diciembre del 2013 donde le otorgaron extramuros hasta setiembre del 2014.
Entre 2014 y 2016 estuvo alojado nuevamente en Cacheuta donde trabajó como fajinero y bibliotecario ambulante. Según la sentencia unánime de la Corte, el interno José Aníbal Molina trabajó 20 años con diversas tareas mientras estaba privado de libertad. Ya libre, pretendió cobrar los importes que se le adeudaban. “Jamás percibió suma alguna”. En mayo de 2018 presentó un pedido de pronto despacho que jamás le fue respondido. / Diariouno
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