Hijo de una pringlense: viaja a caballo de Argentina a Nueva York. Se trata de Álvaro Biderman, hijo de la pringlense Guillermina Sánchez, quienes residen en Pilar. El 4 de agosto emprendió viaje, a caballo, con destino Estados Unidos. “Viajar por el mundo a caballo era un poco delirante, pero tenía la seguridad que estaba destinado a ello”.
Las palabras son de Álvaro Biderman (24) en nota a un medio cordobés, mientras descansaba unos días en Dean Funes. El hijo de la pringlense Guillermina Sánchez continúa su camino por el norte de nuestro país, con el objetivo de llegar a Nueva York. Viaja con tres caballos criollos, y a medida que lo hace, va contando sus vivencias.
Desde el año pasado gestó la idea pero toda su vida soñó con vivir así. Alvaro nació en Pilar, en una ciudad, pero desde que tiene uso de razón jugaba a que andaba a caballo por el mundo. “Soñaba con eso, nunca tuve acceso a los caballos pero veía videos o películas de vaqueros. A los 17 años no sabía qué hacer, lo único que sabía era que amaba profundamente a los caballos”.
“Terminé trabajando en una estancia de cria y re cría de caballos criollos y sentí un destello de felicidad” expresó. La decisión de emprender un viaje por el mundo, a caballo, era firme. Pero si quería hacerlo, debía tomar otras decisiones mas difíciles. “Entendí que lo importante en la vida era adquirir conocimientos y que la universidad era un camino, pero había un montón de otros que me podían acercar a esa integridad que como persona buscaba”
“Estoy en este viaje para recorrer y conocer América, calculo que voy a tardar 5-6 años. Cuando cambio el estilo de mi vida para buscar mis sueños, …
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tenía que tomar la decisión de dejar a la mujer con la que quería formar una familia”. Álvaro les dijo a sus familiares que se iba a recorrer el mundo a caballo, y la sorpresa fue total.
“Corto con Cami -le digo a mi familia-, porque me voy a viajar por el mundo a caballo. ¿Queeeee? me dijeron. Yo no tenía caballo, equipamiento, nada; y era un poco delirante. Pero tenía la seguridad que estaba destinado a ello”. Tenía que conseguir los caballos, equipo y empresas para solventar el viaje, y lo consiguió todo, sin ser nadie.
“Llamé a 150 personas y me dieron tres caballos criollos de unas cabañas por cinco años, hasta que vuelva”. Álvaro salió el 4 de agosto de Pilar, y a medida que avanza con los tres caballos, va haciendo escritos. Además, resalta la calidez de los argentinos para recibirlo en cada punto al que arriba. El viaje no tiene fecha ni tiempo de llegada, es lo que le depara el destino en cada lugar al que llega. “Esto no es un viaje, sino una filosofía de vida”
“Voy haciendo escritos y me gustaría plasmar las vivencias en un libro a futuro. Me levanto y no sé dónde voy a dormir a la noche, pero siempre hay alguien gaucho que te espera. Me di cuenta que todo lo que te dicen de la mala gente, que todo es daño o miedo, no es así. Nunca dormí a la intemperie porque en cada tranquera abierta, yendo con educación, una sonrisa y humildad, te abren las puertas en todos lados”.
30 kilómetros diarios, una travesía llena de historias
Con una rutina que abarca jornadas de hasta 30 kilómetros diarios, Álvaro enfrenta los desafíos del camino con valentía y una notable conexión con sus caballos. Criado en un entorno urbano, encontró en estos animales una pasión que lo llevó a emprender este épico recorrido, ganándose la admiración de miles en las redes sociales que siguen cada paso de su viaje. Pueden seguir la travesía a Nueva York en las redes sociales, @alvarobiderman en Instagram. / El Orden
