No aclaran causas de descarrilamientos y su retorno es una incógnita

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El tren de CABA a Bahía Blanca seguirá suspendido hasta nuevo aviso. Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) blanqueó que el servicio Plaza Constitución – Bahía Blanca continuará interrumpido hasta nuevo aviso. Las prestaciones están suspendidas desde marzo pasado, cuando una formación descarriló en cercanías de Olavarría.

Realizarán una inspección de vías para determinar si es posible reanudar los servicios. El corredor, en su peor momento histórico. El tren de larga distancia Plaza Constitución – Bahía Blanca continuará suspendido hasta nuevo aviso, informó Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE).

La operadora estatal blanqueó que el servicio, que está interrumpido desde el descarrilamiento ocurrido el 21 de marzo pasado en cercanías de Olavarría, no tiene fecha asegurada de restablecimiento. Hasta ahora, la empresa iba informando únicamente la suspensión de los próximos servicios a partir, actualizando la fecha semana a semana, una práctica que quedó abandonada a partir del fin de semana pasado.

En línea con esto, la SOFSE se abstuvo de sacar a la venta los pasajes anticipados del servicio para el mes de mayo, algo que sí hizo en el resto de los corredores que administra. Según pudo saberse, en los próximos días un equipo inspeccionará y auscultará la vía para determinar si es posible un restablecimiento de las prestaciones.

Cabe destacar que el servicio CABA – Bahía Blanca se encuentra en uno de sus peores momentos históricos, habiendo sufrido dos descarrilamientos y tres períodos de suspensiones prolongadas en poco más de un año. El 8 de marzo del año pasado una formación descarriló aparatosamente en Pourtalé, provocando que los servicios quedaran interrumpidos hasta el 22 de abril.

Las prestaciones fueron retomadas –incrementándose en seis horas el tiempo de viaje entre cabeceras y eliminándose una de las tres frecuencias semanales-, pero quedaron nuevamente interrumpidas el 9 de octubre debido al daños en el puente sobre el río Salado. Esto derivó en un nuevo período de suspensión, que se extendió hasta el 10 de marzo de este año.

Este restablecimiento tuvo corta vida, ya que menos de una semana y media después ocurrió un nuevo descarrilamiento que nuevamente obligó a interrumpir los servicios. Ambos descarrilamientos ocurrieron en el área administrada por Ferroexpreso Pampeano (FEPSA), concesionaria privada responsable por la infraestructura del sector, que opera con un contrato vencido que ya fue tres veces prorrogado por el Ministerio de Transporte.

Si bien las causas de los descarrilamientos aún no han sido aclaradas -amén de otros procesos, hay una investigación en curso por parte de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST)– FEPSA se había desentendido de los incidentes, alegando que la infraestructura se encontraba en buen estado.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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